Un trastorno menstrual, dolor pélvico o inflamación son síntomas que pueden deberse a la presencia de un quiste en los ovarios. En la mayoría de los casos el tratamiento médico puede mejorarlos y solo en caso necesario, se puede realizar una cirugía abierta o de mínima invasión (laparoscopia).
Un chequeo ginecológico puede ayudarnos a realizar un diagnóstico certero y oportuno.